Durante el día de ayer, celebramos la fiesta de la Madre Carlota y sus compañeros mártires. Ella dio su vida por amor al Señor. Le dijo ‘SÍ’ al Señor hasta el final.
La Madre Carlota y sus compañeros mártires no son héroes de cómic, no son súper héroes de ficción, son hombres y mujeres de carne y hueso, como nosotros, que aspiraron a vivir la vida siguiendo a Jesús de manera auténtica y comprometida, sin desfallecer ni echarse atrás cuando las cosas se complicaron.
Nosotros también queremos estar dispuestos a hacer por el Señor todo lo que Él nos pueda pedir. Queremos decirle siempre ‘SÍ’, como lo hizo la Madre Carlota. Queremos ser santos como ella. Todos los cristianos estamos unidos por la misma vocación, que es la de la santidad; ser santos ha de ser la aspiración de todo cristiano. La santidad no es más que vivir la vida desde el amor, ofreciendo el propio testimonio cristiano en las ocupaciones de cada día, en el colegio, en la casa, con los amigos, con la familia. Todos estamos llamados a ser santos.
La llamada a la santidad es una invitación a vivir y compartir la alegría de la fe, a vivir y a ofrecer con alegría cada momento de la vida, a pensar en los demás antes que en uno mismo y a saber hacer por amor pequeños gestos diarios que lo expresen sin equivocaciones.
Queremos, como Madre Carlota, decir ‘SÍ’ al Señor en todas estas situaciones que se nos presentan cada día. Por eso, todos los cursos pasamos ayer por la Iglesia para ofrecerle al Señor nuestro SÍ. La Madre Carlota amó hasta el extremo, hasta dar la vida. Nosotros también queremos amar.
¡Que ella y sus compañeros mártires nos ayuden a decir que SÍ al Señor!
