Cada vez que entramos en este lugar tan divertido, nuestro alumnado de Educación Infantil no quiere después salir. Y es que donde hay movimiento, estimulación sensorial.. hay motivación.
Sin darse cuenta, los más peques mejoran su autonomía, el conocimiento y el autocontrol.
De manera lúdica participan en actividades donde se trabaja el movimiento, la coordinación, la expresión corporal…dando rienda suelta a la imaginación.
En la realización de los circuitos se respeta un orden, la espera de turnos y el cumplimento de normas para un buen desarrollo social.
Ponen en práctica lo que han aprendido y se convierten en vivas piezas con movimientos estratégicos en nuestro gran tablero de ajedrez.
Después de tanta actividad hay un espacio para pararse, relajarse y trabajar La Paz interior.
¡Qué pronto pasa el tiempo cuando se está pasando bien!