Amaneció un nuevo día y para nosotros lo hacía de una forma distinta. Nuestro corazón se sentía alegre y en fiesta porque acudíamos a una cita muy especial con Nuestra Madre del Cielo.
Nos sentimos especialmente contentos porque volvimos a recorrer las calles de nuestra ciudad junto a la Virgen María, la Virgen de nuestro Colegio.
Casi parece que fue ayer cuando comenzábamos este nuevo curso y, el viernes nos encontramos más temprano de lo habitual en el patio del colegio. Amanecía mientras dejábamos nuestras cosas en las clases, buscábamos a nuestros profes y
veíamos, en los rostros de nuestros compañeros de 4º de ESO más nervios de lo habitual. Porque no era un día cualquiera, sino que volvíamos a hacer el camino que, año tras año, nos trae acompañando a la Virgen hasta la iglesia de San Juan.
A nuestra Madre del Cielo, que tiene un corazón tan grande que cabemos todos en él, le rezamos, le hemos cantamos y la llevamos sobre los hombros con alegría hasta la iglesia parroquial de San Juan, para encontrarse con su Hijo, al que en este lugar tan especial veneramos con el título de Señor de la Salud y de las Aguas, patrón de Antequera; y al que tanto le hemos rogado que nos bendiga con esa agua que es la vida para nuestros campos.
El final de este camino con María fue encontrarnos con su Hijo en la Eucaristía.
Durante todo el Rosario los alumnos de 4º de ESO llevaron también un gran ramo de flores como ofrenda a la Virgen. Cada una de estas flores representa a cada uno de ellos, con todo lo que son y todo lo que tienen.
En este día tan especial, como familia de Madre Carmen, celebramos este final de mes mayo que con tanta ilusión hemos dedicado a María, descubriendo cada día un poquito más el corazón de Madre que atesora y nos regala cada día.
