Probablemente siempre que oímos hablar de oración, pensamos en un tiempo en el que no sabemos qué hacer, que se nos hace largo, nos cuesta estar en silencio, olvidamos que la primera condición para escuchar y acoger de verdad a los otros es hacer silencio en nuestro interior, también para escuchar y acoger a Dios. La oración es un don que tendríamos que pedir. María es la mujer orante por excelencia; ora y toda su vida habla de oración. A veces le hemos pedido algo al Señor y creemos que no nos ha escuchado porque no nos lo ha concedido; seguimos viendo a Dios como un mago a nuestro servicio. Por eso, en nuestros problemas y dificultades, muchas veces, ya no sabemos a quién recurrir. María nos enseña a orar, a descubrir las huellas del Señor en nuestra vida, Ella lo guardabas todo en su corazón, lo que entendía y lo que no, y sabía descubrir en todo al Dios que llevaba su vida.
Hoy pedimos a María que nos ayude a encontrarnos con el Señor en amistad profunda y a conocer lo que es la verdadera oración.
María enséñanos a orar- Dios te salve María …
“¡Oh Jesús mío! Perdónanos nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas, especialmente las más necesitadas de tu misericordia”.
Rezamos juntos la oración: ORACIÓN DE SAN BERNARDO
Acuérdate, Virgen María, que jamás se ha oído decir que ninguno d los que han acudido a tu protección, pidiéndote ayuda, ha sido abandonado de tí . Animado con esta confianza, a tí también acudo, ¡oh , Virgen, Madre de las vírgenes! Y aunque con pena, porque tengo pecados, me atrevo a ponerme delante de ti para pedirte que me protejas y me enseñes a ser un buen hijo tuyo. ¡oh Madre de Dios y Madre nuestra !, concédenos esto que te pedimos.
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