CORAZONES ARDIENTES, PIES EN CAMINO

El viernes pasado, todo el colegio nos congregamos para celebrar la Jornada Mundial de las Misiones, el «Domingo Mundial de la Propagación de la Fe», que conocemos con el nombre de Domund. Esta Jornada nos recuerda que la misión de Cristo Redentor, confiada a la Iglesia, está aún lejos de cumplirse y que debemos comprometernos con todas nuestras energías en esta tarea, porque a cada uno de nosotros se nos ha dicho: «Corazones ardientes, pies en camino».

El Papa Francisco hace una reflexión sobre este encuentro conmásJesús y la transformación de los discípulos, comenzando por cómo ardían sus corazones.

«Salgamos con los corazones ardientes,

los ojos abiertos, los pies en camino…, para

invitar a todos a caminar juntos por el camino

de la paz y de la salvación que Dios, en Cristo,

ha dado a la humanidad» (Papa Francisco).

Tenemos que pensar qué hace que nuestro corazón se encienda, algo que nos empuje a ponernos en camino. Se trata de algo que nos provoca una «acción-reacción».  Por ello, algunos de nuestros compañeros compartieron con nosotros algunas de estas acciones como: 

-«Me duele el corazón cuando veo a un niño insultar a otro, y mis pies se ponen en camino a defenderlo”.

-“Me duele el corazón cuando veo países en guerra y mis pies se ponen en camino para sembrar la paz”.

-“Me duele el corazón cuando veo gente necesitada y mis pies se ponen en camino para prestar mi ayuda”.

Se trata de que cada uno busquemos nuestra  «chispa», esa que le hace arder el corazón y ponernos en camino. Esta sensibilidad, este afán por tener un corazón ardiente, hay que pedírselo a Dios. 

La Jornada del Domund nos invita a sostener la misión y a los misioneros con nuestra oración y también con nuestra cooperación económica. 

¡Pedimos a Jesús que nos ayude a tener un corazón como el suyo atento a las necesidades de los demás!

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