Trabajar con y para los niños siempre merece la pena. Esta es la conclusión a la que llegamos después del último proyecto que hemos realizado desde la clase de Religión.
Todo comenzó en septiembre, cuando se nos presentó el proyecto “Código secreto”. El producto final tendría como objetivo enseñar a los compañeros y compañeras de 3° de Primaria a buscar en la Biblia. Ayudarles a descifrar qué significaban los números, letras, signos de puntuación que encierran una cita bíblica. Además se nos pidió que los pasajes estuvieran vinculados a los objetivos de la asignatura.
Nos pusimos manos a la obra y tomamos en nuestras manos, nada más y nada menos, que el currículum LOMLOE de religión. De los criterios de evaluación y de los saberes básicos escogimos los textos bíblicos que trabajaríamos en el proyecto. No fue fácil leer un texto legislativo y descifrar su código que para nosotros era como un mensaje en clave.
Algunos escogimos pasajes del Evangelio vinculados con los valores, la resolución de conflictos, la dignidad humana… También preparamos actividades y recursos que fueran motivadores para nuestros compañeros.
Por fin llegó el día. En nuestro corazón quedan grabadas esas miradas de ilusión, las sonrisas y el interés mostrado por niños tan pequeños que despertó el nuestro y nos motivó a seguir trabajando al máximo en el proyecto para darlo todo.
Con esta experiencia no sólo nos hemos sentido maestros sino también niños con ilusión y entusiasmo.
Hemos cumplido nuestro objetivo, se ha descifrado el código secreto, ese que, en un principio, nos parecía imposible averiguar. ¿La clave? La ilusión, el esfuerzo y el trabajo en equipo.
